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jueves, 26 de marzo de 2020

PUIG CAMPANA El coloso de la costa levantina





Esta montaña de clara naturaleza calcárea, es la segunda en altitud de la provincia de Alicante, la vecina Sierra de Aitana le supera en 152 metros; pero esta cifra carece de interés cuando visionamos su soberbia arquitectura, única, que hace de ella la montaña de las montañas meridionales y junto al Benicadell y el Penyagolosa, los tres grandes íconos del montañismo valenciano (opinión personal).

Montaña áspera, rocosa, de empinadas laderas cubiertas de largos pedregales que defienden su corona y acentúan su esquivez. El Puig Campana tiene definidas claramente dos vías de ascensión, que arrancan desde distintos lugares. Desde la localidad de Finestrat, una carretera sube hasta la populosa Font del Molí desde donde se inicia el ascenso más requerido, el agotador Carrerò y el otro punto de ascenso se localiza el en definido Coll del Pouet, en su vertiente septentrional al que también se puede acceder desde la Font, tomando el PR-CV 289.

Nosotros, buscando un enfoque diferente en cuanto al punto de partida, saldremos del nada habitual helipuerto de Polop de la Marina, conocido entre los escaladores y ferratistas como el aparcamiento del Ponoig.


Después del laberinto de calles entre urbanizaciones;llegamos y aparcamos el vehículo, este es un aparcamiento muy concurrido los fines de semana, ya que las paredes del gigante Ponoig atraen siempre a escaladores amantes de las vías de largo recorrido.

Así pues nos ponemos en marcha, tomando una senda muy bien trazada que se interna en un profuso pinar, teniendo el Barranco de Guladpar a nuestra derecha y que remontamos en su totalidad hasta llegar al leve Collado del Cigarrí.

Vamos tranquilamente subiendo y mirando de reojo a estas paredes que tantas veces he escalado; por allí va la vía Valencianos, ese diedro marcado es de la Hnos. Gallego, seguimos subiendo y aparece el acrobático Tozal de Levante, la pared más comprometida del macizo, por esos desplomes circula la vía Amanecer que subí con Ramón y más a la izquierda la Danza invisible, que fue la última que escale; todo esto se lo voy narrando a Tere mientras sin apenas darnos cuenta, llegamos al Collado del Cigarrí. Damos la espalda al Ponoig y se nos presenta al frente el coloso Puig Campana, esta fachada no es la que estamos acostumbrados ya que la imagen más fotografiada es la que se muestra desde la Font del Molí, pero tiene la fuerza suficiente para quedarte unos segundos admirando su belleza.


Nos ponemos en marcha desde el aparcamiento; la mole del Ponoig omnipresente.


                                                 Majestuoso Monte Ponoig; el León dormido.



                           La senda bien ejecutada nos va elevando hacia el Coll del Cigarrí.



La fabulosa cara sur, donde se hallan vías de escaladas tan reputadas como; la Alfa centauro, Hadas o Fisura Hnos. Gallego.



                    Seguimos remontando y tras nuestro aparece la perfilada Sierra de Bernia.



 El formidable y acrobático Tozal de Levante, mostrando su característica barrera desplomada. Los   Gómez, Amanecer y Danza invisible son las tres vías que escalado en tan ardua pared.




  Ya muy próximos al collado lanzamos una mirada atrás; el apéndice del Peñón de Ifach,se muestra       varado en el mar.



 
         Y ya hemos llegado al Coll del Cigarrí, donde damos espalda al mar y damos el pecho al...


                  ... totémico Puig Campana. Esta es su vertiente norte, por la cual ascenderemos.


La senda sigue su curso hacia el cercano Coll del Pouet, no sin antes dejar un desvío señalizado que se dirige hacia el Coll del Llamp, divisoria entre el Ponoig y el Penyó Cabal. Seguimos hasta situarnos en el nudo de senderos que es el Coll del Pouet. Tomamos la senda que se adentra monte arriba y va cortando la ladera e introduciéndonos en la vertiente norte de la montaña. Remontamos un canchal adornado de algunos arces y van apareciendo en un horizonte cercano; Montgó, Sierra Ferrer, Bernia y Aixortà.

Acabamos de subir y llegamos a un collado a 1318 metros, el Pic Prim es la antesala antes de llegar al pilón cimero del Puig Campana. Ahora la senda da un giro para ir acercándose al punto cimero de esta montaña. Si nos abstraemos de los bloques que conforman Benidorm, la panorámica que se abarca desde esta atalaya marinera son tremendas; hoy está el día con nubes y no se alcanza a ver mucho más de lo que tenemos cercano.

Almorzamos protegidos por una roca y empieza a caer una finísima nieve, ¡vaya sorpresa! aunque no deja de ser algo leve y fugaz; un grupo de corredores ingleses llegan con sus camisetas y pantalones cortos; ¡qué moda esta de salir al monte con lo puesto, ni siquiera un cortavientos! allá ellos, nosotros a seguir almorzando y disfrutando del momento, conforme han llegado al pilón se dan la vuelta y para abajo no sea que se constipen, jeje.


Elevándonos por la senda de acceso al pico, vemos la vasta Sierra de Aitana parcialmente cubierta, en el centro derecho el Peñón del Divino, mostrándonos su vertical perfil y abajo izquierda, parte de la Cresta del Castellet.


                                          También el Penyó Cabal, reclama su atención.


La senda atraviesa un pedregal, donde se ha instalada una barandilla para evitar baja por el y degradar la ladera.


                     Con sus revueltas, la senda dulcifica el desnivel al que estamos ascendiendo.


Dos gigantes de la Sierra de Aitana; soleado el Penyó Cabal 1189m. y sombreado el Ponoig 1182 m.




  Enfilamos el último tramo de ascenso antes de la cumbre. El Pic Prim 1318m. bastante más alpino     que la cima principal.


  Bonita panorámica, donde podemos apreciar la alargada silueta del Montgó, el Bernia y el Ponoig y     sus paredes, así como el Coll del Cigarrí.


                                     Vértice geodésico del Puig Campana 1408 m.s.n.m.


                                En esta foto, quedémonos con el mar y el islote de Benidorm.


Reanudamos la marcha mientras llueve ligeramente. Ahora vamos a bajar por la cara contraria a la de subida, por el clásico y descarnado, Carrerò. Es un descenso técnico ya que combina un corto destrepe al poco de iniciar la bajada y sobre todo su larga pedrera, que acusa el tránsito de infinidad de personas. En muchos puntos ha quedado tierra, ya que las piedras han sido arrastradas hacia abajo, en estos casos utilizamos la huella marcada en forma de pequeña senda que se halla a la izquierda en sentido de bajada.

Completamos el descenso del Carrerò y cuando vemos la cara sur, aquella que alberga las escaladas más reconocidas del macizo, abandonamos el sendero principal y tomamos una tímida traza que va cortando esta vertiente y nos ha de llevar a conectar con el PR-CV 289.

Vamos siguiendo la senda que utilizan los escaladores para acercarse a la pared y en un punto la abandonamos y tomamos otra traza que en descenso nos conecta con el mentado PR. Este tramo de senda es un visor sobre los diferentes perfiles que se han erigido como grandes clásicas de la escalada de la costa levantina;
 Espolón Elegant, Espolón Central, Arista Pepsi y Espolón Finestrat.



                                                                Bajando El carreró.


                                       Una vista general del Carreró, en su tramo final.


                La grandeza de la pared sur del Campana, paraíso para el escalador más clásico.


           Una visión que justifica el apelativo de campana. A su izquierda la popular Arista Pepsi.


          Bajando por rastros de senda a conectar con el sendero PR-CV 289. Por encima de Tere la                    denominada Aguja Encantada.



                                                      La cara oeste, en toda su magnificencia.


            Seguimos rodeando la cara oeste, donde bien se aprecia los estragos del incendio.

A todo esto el tiempo sigue alborotado, viento y algo de lluvia nos reciben cuando vamos recorriendo la vertiente oeste del macizo; la más quebrada y salvaje. Pero es una zona asolada por el fuego donde solo aparece algún pino aquí y allá, pero esto queda amortiguado conforme ganamos altura; la aguda Cresta de Castellet, detrás de ella las tres jorobas de los Altos de Sella y a su derecha el bastión del Peñón del Divino, nos muestran un paisaje de pura caliza.

En adelante nos internamos en una zona de pinar, salvada de las llamas. El pequeño refugio de J.M. Valero sale al paso y conversamos unos instantes con unos chicos que harán pernocta aquí (están realizando una travesía) seguimos nuestra marcha mientras arrecia la lluvia y en constante ascenso llegamos al Coll del Pouet, cerrando así el circulo. Por terreno ya conocido retornamos al aparcamiento, mientras damos la espalda al coloso de la costa levantina. Una montaña que posee la capacidad de enamorar.


En un primer plano la dentada Cresta del Castellet. Por encima de ella, los Altos de Sella y el Peñón del Divino.


                     El arco iris nos anuncia la retirada de la lluvia. Raimbow Rising.




                                   Unas vistas del Puig Campana, antes de darle la espalda.


Últimos metros antes de llegar otra vez al Coll del Cigarrí, donde nos recibió un alborotado viento.


                                                           Y bueno otra vez el gigante Ponoig.


A todo esto el tiempo sigue alborotado, viento y algo de lluvia nos reciben cuando vamos recorriendo la vertiente oeste del macizo; la más quebrada y salvaje. Pero es una zona asolada por el fuego donde solo aparece algún pino aquí y allá, pero esto queda amortiguado conforme ganamos altura; la aguda Cresta de Castellet, detrás de ella las tres jorobas de los Altos de Sella y a su derecha el bastión del Peñón del Divino, nos muestran un paisaje de pura caliza.

En adelante nos internamos en una zona de pinar, salvada de las llamas. El pequeño refugio de J.M. Valero sale al paso y conversamos unos instantes con unos chicos que harán pernocta aquí (están realizando una travesía) seguimos nuestra marcha mientras arrecia la lluvia y en constante ascenso llegamos al Coll del Pouet, cerrando así el circulo. Por terreno ya conocido retornamos al aparcamiento, mientras damos la espalda al coloso de la costa levantina. Una montaña que posee la capacidad de enamorar.


10 comentarios:

  1. Hola Javi.

    Una gozada, en estos tiempos tan convulsos, volver a gozar de otro de tus relatos montañeros, esos que nos ofreces con cuentagotas pero con calidad, en los que siempre nos transmites cosas que van más allá de datos excursionistas. En este caso cantas tus alabanzas al Puig Campana, pues permíteme que las cante a dúo contigo, línea a línea y palabra a palabra y a ritmo de la música de Rainbow.
    Muy interesante esta variante de ascensión al coloso alicantino, que permite descubrir esos paredones orientales del Ponoig. Me la apunto, con algunas variaciones que ya tengo carburadas jiji, para una próxima visita al Puig Campana.

    Salud y rocanrol!!!

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    1. Claro Dani, el Puig Campana se merece estas alabanzas. Sin duda un montañón que no tiene desperdicio. Así que ya sabes; camino, zapatilla, música y a por el gigante, con esas variaciones carburadas, jiji.
      Hasta otra

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  2. Hola Javi,

    El Ponoig y el Puig Campana nunca defraudan, que paraíso calizo que tienen en Alacant, además para mí el Puig Campana, junto con el Penyagolosa, son las dos grandes montañas de la Comunitat.

    Muy interesante esta variante que nos propones para visitar el Puig Campana, con bajada técnica por la pedrera incluida.

    A ver si este confinamiento pasa pronto y podemos reunirnos para hacer algo de montaña, que ya apetece.

    Un abrazo!!!

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    1. Hey David!!
      Pues si, junto al Peñagolosa los dos grandes,y el tercero Benicadell también se merece estar entre ellos. Si la verdad que bajar por la pedrera tiene su toque técnico, aunque es mejor hacerlo por su lado izquierdo, ya que hay tramos que han desaparecido la mayoría de piedras que cubrían la pedrera.
      Parece ser que aún nos queda confinamiento para rato, que le vamos hacer, paciencia.
      Hasta otra.

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  3. ¡Hola, Javi! Preciosa descripción, como siempre. Y una buena opción de subida que anotamos para la próxima. Las dos veces anteriores, subimos por la pedrera. Eso sí, bajamos cada vez por diferentes senderos. Esta me parece muy interesante variante
    Un abrazo.

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    1. Hey Emilio!
      Si la verdad no quería ceñirme a la ultraclásica subida desde la Font del Molí, así que opte por esta variante de salida. Luego el ascenso y descenso son los conocidos por todos.
      Nos vemos pronto, espero.

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  4. Hola Javi.

    Cuando he leido Puig Campana y Javier Nieto, he pensado a ver por donde nos lleva este hombre, que digo....super hombre!!!! jajaja.

    Levantarse por la mañana y leerse uno de tus relatos montañero siempre es un placer. Y este no defrauda, ya que esta variante de ascensión con esas vistas novedosas del Ponoig y subir y bajar al revés de lo que hicimos nosotros hace ver vistas y perspectivas nuevas, de todo el entorno de este montañón que curiosamente rima con ron, ese bebida de primera necesidad que tan bien te viene en estos días de confinamiento ;-)

    Un abrazo.

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    1. Hola superToni, jaja.
      Esa variante de salida, añade las vistas de la vasta muralla rocosa del Ponoig,que son la hostia!
      Claro, cuando te tomas un poco de ron, todo rima, jajajaja
      Saludos

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  5. Hola Javi.

    Suele pasar, que cuando uno ha subido una montaña varias veces, al final le va dando una vuelta de tuerca al recorrido habitual, buscando otras opciones, como esta que nos muestras, que estoy convencido, que además de belleza ofrece soledad, algo que siempre se agradece.

    Las vistas son brutales, a las ya míticas sierra de Bernía, me ha dejado prendado la Cresta del Castellet. Una sola cosa, los dos últimos párrafos están repetidos ...

    Un saludo.

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    1. Hello Eduardo
      Cierto en lo que dices; anteriormente había subido por la insidiosa pedrera, así que me dije; vamos a hacer una variante de salida y desde el Coll del Pouet, subir por su vertiente norte que me parece más interesante que la de la sur, en la que vas encajado por el Carrerò.
      las vistas son espectaculares, pues combinan ese Mediterráneo azul y las calizas de las sierras circundantes, lástima de ese litoral tan urbanizado.
      Si es verdad, se me olvidó borrarlos, perdón.
      Saludos

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