EL PICO PEÑALBA EN LA SERRANÍA DE CUENCA

Una primavera más acudimos a la llamada de la serranía conquense, sus hoces, lagunas, ríos, arroyos, montes, etc. son un reclamo difícil de ignorar. Así pues despliego sobre la mesa el mapa topográfico intentando esbozar una ruta; este se encuentra manoseado, pegado con celo, marcado con rotulador, en fin…pero aún me sigue valiendo (cuestión será de ir renovándolo). A ver; la Umbría del Oso 1.813 por aquí el Peñalba por allá, en medio el Arroyo Almagrejo, esto pinta bien. Sobre el plano ya se ve un trazado complicado, con ausencia de senderos en muchos de sus tramos y un kilometraje que parece superara la veintena.

Había chateado con Toni de Magia Serrana y le comento que íbamos para su terreno y ver si podíamos quedar; para mi sorpresa me dice que han quedado con Dani y Eva de, per dalt i per baix, y que también quieren ascender el Peñalba; a ver si nos cruzamos durante la excursión, sería un puntazo conocernos en nuestro ambiente. Al final no fue así, aunque si quedamos por la noche y al día siguiente.

Llegábamos de noche y con espesa niebla a Huerta del Marquesado, buscamos un bar donde cenar y lo encontramos con mucho ambiente de gente y varios con indumentaria senderista; después nos enteramos de que mañana hacen la Marcha Senderista Joaquín Blume, famoso gimnasta de la época que falleció cuando se estrelló el avión donde viajaba, sobre la Sierra de Valdemeca.

Damos unas vueltas con el coche buscando lugar donde dormir, al final en un descampado al lado de la pista asfaltada que se dirige a Zafrilla, aparcamos el coche y a dormir dentro.

En los inicios de la excursión.

Sendero junto al Arroyo del Cubillejo

Berengario el de la motovaca.

Arroyo de los Santos.

Aproximamos con el coche por una pista que parte entre los kilómetros 22 y 23 de la carretera CM 2106, está en muy buen estado y solo un gran socavón hace que no podamos llegar hasta el final. Hacemos el último kilómetro a pie hasta llegar donde he ubicado el inicio de ruta. Con las mochilas ya en ristre y desde una bifurcación de caminos, nos echamos monte a través y cuesta arriba; vamos en busca de la parte alta de la loma que forma el monte denominado La Muela. Bosque cerrado y excrementos de ciervos serán el leit-motiv hasta alcanzar una zona más clara y dilatada, donde llegamos a un collado desde el cual arranca la parte final de este lomo que culmina en el Puntal del Cuerno.

La cresta del Puntal del Cuerno.

Hacia el Peñalba.

En este punto abandonamos la loma y bajamos por una vaguada; mirando el mapa esta desemboca en el Arroyo del Cubillo, que nos servirá de guía para alcanzar el Arroyo de los Santos.

Según bajamos, veo que nos acercamos a un punto donde hay un resalte rocoso, ¡la hemos cag…! me asomo hacia la izquierda y encuentro un punto flaco; bien pues si no, quizás nos hubiese tocado remontar lo bajado. Alcanzamos el barranco, que nos muestra un pequeño arroyo cantarín, por encima de nosotros los cantiles que forman el extremo oeste de La Muela y que culminan en el Puntal del Cuerno 1594 m. Seguimos por sendas que corren paralelo al arroyo hasta alcanzar el de los Santos. Ahora empieza la ascensión al Peñalba siguiendo su cordal sureste; sin senda definida vamos ascendiendo hasta alcanzar una cota donde el terreno se despeja y observamos la parte cimera de la montaña.

Peñalba 1780 m.

Una vista hacia el Valle de Tragacete.

Un minúsculo lápiaz donde se alza el clásico pilón y un trozo de palo sujetado por unas piedras, encontramos en la cima. Se observa todo el Valle de Valdemeca, Peñarrubia alzada por encima de Huélamo, la Mogorrita techo provincial, el largo cordal de la Umbría del Oso, el dorso del San Felipe, en fin serranía por los cuatro costados.

Abandonamos el vértice del Peñalba, tomando rumbo norte hacia el Collado de las Morqueras, pasado este nos adentrándonos en un espeso pinar el cual nos impide ver cualquier referencia, lo ideal sería llegar hasta el Collado del Asnillo, pero con tal masa de pinar no logramos dar con él; bajamos por una empinada ladera y llegamos a una zona despejada, es la Hoya del Asno, por donde corre un ínfimo hilillo de agua que nos conduce al ansiado Arroyo Almagrejo; parada y picnic serrano. Comemos junto a este y después nos relajamos teniendo de colchón la fresca hierba, de música el canto de los pajarillos y de techo unas pocas nubes algodonadas.

Pinares y pinares.

Bajando hacia la Hoya del Asno.

Pic-nic junto al Arroyo Almagrejo, al fondo Los Tormones.

Arroyo Almagrejo.

El Arroyo Almagrejo, es originado por la junta del Arroyo de las Salinas y de la Nava; ahora hemos de remontar su curso hasta salir al Rincón de Palacios, un lugar con encanto.

Reanudamos la marcha ya que la siesta es tentadora, pero aún nos queda un buen pedazo de excursión. Un mimetizado camino que circula paralelo al arroyo hace rápida la progresión, pero pronto se nos ralentiza la marcha con troncos atravesados, restos de riadas y vegetación que va engullendo el camino. Empezamos a tener que cruzar el arroyo ya que hay partes que el camino, ahora casi desaparecido así lo hace. Definitivamente desaparece el camino y empezamos un: búscate el mejor paso posible, jaja; breves senderillos nos facilitan la marcha y de nuevo volvemos a cruzar las aguas, a veces colocando piedras para ello. De repente sorprendemos a una familia de jabalíes con sus rayones escabulléndose entre la foresta, salvajismo ilustrado, jeje. Seguimos colocando piedras para facilitar el paso sin descalzarnos, hasta que en un último paso, salimos a un camino; de nuevo sorprendemos a la fauna ibérica, en esta ocasión un grupo de corzos.

Fauna ibérica, corzos ( Capreolus capreolus)

El Arroyo Salinas.

El Arroyo de la Nava.

Estrechamiento del Arroyo de la Nava.

El camino bien definido nos acerca a la zona de pradería del Arroyo de las Salinas; todo verde, el canturreo del arroyo y un cielo inmaculado ¡precioso!; aquí se une el Arroyo de la Nava el cual será ahora nuestro hilo conductor; juntos originan el Almagrejo, que acabamos de dejar atrás. El mapa muestra una zona de estrechamiento; veremos si no se nos presenta algún resalte infranqueable.

Una traza nos va adentrando por el curso, lo cruzamos y algo más adelante desaparece; se puede seguir bastante bien hasta que llegamos al estrechamiento, este nos obliga a ir saltando de piedra en piedra por el mismo lecho; superamos la zona estrecha sin hacer ningún malabarismo. El arroyo ahora más manso se abre en un prado de gran extensión; es la zona del Rincón de Palacios ¡sublime!, unos caballos trotan a sus anchas y una manada de ciervos corren veloces al detectar nuestra presencia, solo faltaría un indio para pintar un cuadro de las praderas norteamericanas.

Desde aquí se va afianzando un camino que supera el Collado de las Vigas 1642m. bajamos un poco y superamos otro collado, de los Cachicanes 1646 m. y ya sin más llegamos a la zona donde se ubica la Casa del Cura.

Los prados del Rincón de Palacios.

La Casa del Cura era el antiguo horno de un rento, donde el resto de sus casas son una mera ruina; esta se rehabilitado y cumple las funciones de refugio. Enclavado en un rincón acogedor bajo las faldas de La Muela, resulta ideal para tomarlo como base ya que podemos desde aquí, ascender al Peñalba y Umbría del Oso. Dejamos el lugar para terminar la última porción de la ruta, que visto el mapa, aún nos queda al menos una hora.
Remontamos una suave vaguada y abocamos a una pista que en acusado ascenso (que con los kilómetros que llevamos, ya se nota) nos lleva a un collado y cruce de pistas; tiramos por la de en medio. El sol ha iniciado ya su ocaso, se nota ya cierto frescor serrano y las sombras van apoderándose del bosque, solo las partes altas de las pinariegas lomas aún están mansamente iluminadas; adivino a ver el pilón geodésico del monte Maritosa, esto me indica que ya no debe quedar mucho; esta mañana lo veía mientras ascendíamos por la loma.
Entre charla y charla llegamos al inicio de la ruta, ahora nos resta solo, llegar hasta el vehículo para concluir una auténtica y espléndida jornada de pateo por la siempre fascinante Serranía de Cuenca. Montados en el coche ponemos rumbo a Cuenca, donde hemos quedado con Dani y Eva (pdipb.blogspot.com) y con Toni de (magia serrana) y su familia; por fin después de unos cuantos años nos íbamos a conocer y a contarnos historietas montaraces, bueno y tomar unas cervezas, que no solo de monte se alimentan nuestras almas.
P.D. Gracias Toni, Maru y Nachete, por vuestra amabilidad y disposición.

El pino candelabro.

Refugio de la Casa del Cura.

Y ya de vuelta, cerrando la excursión.

FICHA TÉCNICA

SISTEMA: Serranía de Cuenca
MACIZO: Sierra de Valdemeca
INICIO Y LLEGADA: Carretera CM-2106 km 22 y 23, pista forestal.
DISTANCIA: 25,2 KM
HORARIO: 7 a 8 h
DIFICULTAD: Alta (por la orientación y ausencia de sendas en muchos tramos)
DESNIVEL: 745 m +
CARTOGRAFÍA: S.G.E. 1:50.000 588 Zafrilla
                               I.G.N. 1:25.000 588-I, III y IV
ACCESO: Desde la N-420 en Cañete, tomar la CM-2106, pasado Laguna del Marquesado y entre los kilómetros 22 y 23, parte una buena pista forestal ( atención algunos socavones) llegados a una bifurcación se estaciona el vehículo; punto de inicio.
OBSERVACIONES: Fantástica excursión entre parajes solitarios y interminables pinares. Se asciende a un pico representativo de la Serranía, aunque eclipsado por sus vecinos más populares. Arroyos, lomas, prados, son algunos de los rasgos que definen esta gran ruta, en la que hay que tener buen olfato orientativo, nosotros íbamos sin track (no encontramos ninguno) tirando de mapa.
Para excursionistas de buen paladar.