VUELTA AL MACIZO DE BESIBERRIS

Después de haberme pasado todo el verano en dique seco por tema laboral, al llegar el mes de octubre empecé a mascullar una nueva ruta para el proyecto “A vueltas con los tresmiles”, cogí el plano del Macizo de los Besiberris y empecé a tejer la tela de araña. Se pasa por el collado de nosecuantos, bordea el pico nosequemenos… total que parece que la cosa tomaba forma; tenía decidido irme solo, pero comentándolo con un compañero de por aquí, Alejandro me dice que se apunta ¡genial! equipo formado. La idea principal es hacer la ruta y de paso si se tercia, subir al Besiberri sur. Con el coche cargado (queremos hacer también escalada) ponemos ritmo rock ‘n’roll y ¡allá vamos!



Del aparcamiento sito junto a la entrada del balneario de Caldes De Boí, en la carretera que se dirige a la Presa de Cavallers, salíamos para iniciar esta nueva ruta.
Muy poco caminados por la capa asfáltica, enseguida la abandonamos para tomar una senda que circula paralelo al Río Noguera de Tor; algunas vacas nos miran sin dejar de rumiar, ellas con sus pastos y nosotros con nuestras mochilas.

Primeros compases de la ruta.

Magnífico ejemplar de pino negro.

Ya divisamos la presa de Cavallers.

La senda desemboca en la estrecha carretera, a pocos metros de la corona de presa; ¡vaya, como esta de vacío! el estiaje se ha bebido una buena parte del vaso del embalse, una imagen un tanto desamparada. El sendero  de trazo longitudinal nos lleva a la cola; mientras observo como se va desgranado la kilométrica espina dorsal del macizo.
Pasamos por la Pleta del Riu Malo, donde se desgaja la subida al Besiberri Norte; el arroyo que baja de los Estanys de Tumeneia se bate con fuerza, lo vemos mientras vamos superando las Llastres de la Morta; la senda cambia de dirección encaminándose hacia la cuenca del Estany Negre, que se nos presenta custodiado por la estética muralla del Pic de Coma L’Espassa. Llegamos al refugio a las 17:15, que por estas fechas ya se halla cerrado, pero en su parte posterior se ubica un anexo libre ¡esta genial! tiene literas con colchones, mantas y hasta almohada, un banco para cocinar y una pequeña mesa. Al poco de instalarnos llega una pareja de Girona, enseguida conversamos; tienen pensado subir a Punta Alta 3.014 y si se tercia hacer la crestería de Travessani. Preparamos la cena y seguimos conversando, pero pronto nos vamos al saco, son las 20:00 horas y noche cerrada.

Un seco pino, que parece emerger de las aguas.

Llegando a la Pleta del Riu Malo.

En frente el repecho de las Llastras de la Morta.

El macizo de Besiberris sobre un atardecer de fuego.

Amanecido con niebla, que cubre medio paisaje, no hace apenas viento pero la temperatura ha bajado algunos enteros ya que se ha congelado un pequeño reguero de la fuente, mientras desayunamos la pareja de Girona se van hacia su objetivo, nosotros nos ponemos en marcha a las 9:30, vamos a seguir el trazado de Carros de Foc ya que nos dirigimos a la Restanca. En un ir y venir de la niebla vemos las dentadas Agulles de Travessani; los  estanys se van sucediendo envueltos en densa humareda; Clotes, Mangades o el precioso Monges, ubicado bajo el Coll de Guellicrestada. Las hierbas se han maquillado y lucen una ligera escarcha; la senda enfila hacia el citado coll dejando una indicación que se deriva hacia el Refugio de Colomers. Abandonamos la cuenca lacustre de Cavallers y entramos en la de Restanca. De manera tortuosa el sendero se abre paso, mientras observamos los roquedos que forman parte del Montardo 2.833 por un lado y el Tuc de Monges 2.698 por otro. No acaba de levantar la niebla aposentada en las cotas altas, en tanto hemos llegado al recoleto Estany de Cap de Port colgado 335 metros por encima de Restanca. A este llegamos tras bajar la empina pendiente; junto al muro de la presa se levanta el refugio, se ve que están haciendo reformas, ya que vemos empleados trabajando.

Empezamos el segundo día de marcha.

Alejandro fotografía las dentadas agujas de Travessani.

Bordeando el Estany de Monges.

Desvío hacia Colomers y Restanca.

La niebla y una ligera escarcha helada, cubren el terreno.

Bajando hacia el Estany Cap de Port.

Bajada a la presa de Restanca.

Un respiro de 30’ y retomamos la andadura, por delante una empinada subida para llegar al desagüe del Estany de Mar 2.273; este de bella factura se encuentra inmerso bajo la Serra de Tumeneia, un atormentado espinazo que da continuidad al Massís de Besiberri. Vamos recorriendo la parte sureste de este gran lago, hasta su extremo sur donde le llega el aporte del Arroyo de Aubaga, desde el desagüe vemos la ladera que debemos de superar, se muestra imponente y las cortas lazadas del sendero dan fe de ello. Mi compañero se va alejando, mientras un cansancio atípico se apodera de mi cuerpo, muy a menudo hago breves paradas que aprovecho para tirar alguna foto; la Punta Harlé, entre penachos de niebla se muestra inhóspita, mientras el Estany de Mar ofrece su gran porte plácidamente. El ascenso al Coll dera Mar 2.459 se me presenta en forma de hombre del mazo, paso ralentizado que me obligan a parar cerca del final, llego al collado con una pájara tremenda. Me tumbo al suelo e intento digerir un poco de chocolate, el compañero me pregunta como estoy y le contesto: yo me quedo a dormir aquí, jaja me libera de unos 2 kilos de la mochila, entre eso y el chocolate, me pongo en marcha con la vista fija en la Colladeta de la Canal de Rius 2.686, subo mejor de lo esperado, entre un inmenso pedregal tapizado de una ligerísima cubierta de escarcha.
Llegamos al collado y no nos detenemos ni un minuto, ante nosotros se abre un auténtico “mar detritus”, trazamos la bajada lo mejor que podemos ya que es bastante incómodo de bajar; a este embudo que se descuelga del collado se le denomina Canal de Rius. A mitad descenso paramos unos segundos y lanzamos miradas furtivas al Coll de Avellaners, 700 metros de ascenso positivo a superar mañana después del desayuno. Empezamos a encontrar hitos y rastros de senda, atrás quedó el agónico roquedal; subidos a una costra rocosa observamos una parte del Macizo de la Maladeta, bajo nuestro se halla el refugio. Anclado con gruesas sirgas de acero, metálico por fuera y forrado de chapa de madera por dentro, el refugio-vivac de Besiberris, será nuestro hostal esta tarde noche.
Es un lujo este refugio, las literas disponen de mantas y almohada, solo falta el pijama, jeje por supuesto tiene una mesa con banco y taburetes, incluso un radio-teléfono de emergencia ¡vamos lo que un montañero necesita! Aprovechamos el exterior para ver los últimos estertores del día con la mortecina luz que apenas refleja ya en el Estany Gran de Besiberri. Ya ha oscurecido y metidos en este cajón, nos preparamos la cena a base de cous-cous, mortadela y frutos secos.

Agujas noroeste del Pa de Sucre.

Hacia el Coll dera Mar.

Una vista del Estany de Mar, subiendo al collado del mismo nombre.

El gran pedregal que precede a la Colladeta de Canal de Rius.

Roquedo escarchado en la Colladeta.

Mis últimos metros bajo la Colladeta.

La vertiente opuesta; Canal de Rius.

Una vista hacia el Coll dels Avellaners y pico homónimo.

Sesteando un ratito, jeje.

Despiertos pero aún no levantados, escuchamos como resopla el aire; no nos entretenemos mucho y ya vestidos echamos una vista al nuevo día. Desayunamos y nos preparamos, no hace tanto viento como percibíamos dentro del refugio, nos ponemos a ritmo sosegado lanzando miradas al collado y sus picos circundantes, que vemos cómo se van ocultando por una sábana de niebla cada vez más espesa. Sorteamos un lomo morréico de lo que tuvo que ser un extinto glaciar,cada metro ascendido se nota más frío y unos 50 metros bajo del collado, paramos y nos ponemos los guantes; los últimos metros los hago agachado, para ofrecer menor resistencia al viento que sin ser demasiado fuerte, silva como bala perdida. Al resguardo de una roca nos comemos una barrita y sin más reanudamos el descenso que se prevé largo; la idea de acometer la subida al Besiberri Sur se esfuma; este, oculto entre una densa masa de nubes, nos dice hasta luego.

Estany de Besiberri y al fondo derecha Pico de Aneto.

Ascenso pedregoso al Coll dels Avellaners.

La niebla se nos echa encima.

Coll, uff! adiós Besiberri Sur.

Detrás del compañero, el Estany Gelat.

Bajando a los Estanys de Gémena.

Arriba se quedo la niebla, solecito.

El descenso entre grandes rocas se hace incómodo y vamos buscando el mejor camino; dejado atrás el pedregal, vemos muy abajo los Estanys Gelats difuminados entre ligera neblina. Ahora por trazas de senda vamos descendiendo de forma brusca hasta el primer Estany de Gémena, un bello cuadro lacustre con dos islotes en donde enraízan sendos pinos. Llegamos al borde del desagüe de los estanys y vemos el “salto” que nos separa hasta el Pla de la Sallent donde hemos fijado parar a comer; la senda se adapta al brusco terreno para superar los 400 metros que nos separan del mentado lugar; ya bien se aprecia el Valle de Bohí con su mezcla de colores.  Llegamos al lugar y junto a una cabaña de pastores, damos cuenta de las viandas que nos quedan, nos queda una última bajada, pero la travesía está realizada.

Abajo al fondo, el Pla de la Cabana.

 La senda cruza el Río Sallent y empieza el amalgama de colores otoñales; las hayas desprendidas de sus hojas forman un colchón que cubre la senda, es un tramo bucólico y no paramos de echar fotos; un viejo ejemplar de haya (fagus sylvática) vestido de musgo parece ser el abuelo de estos pagos. El sendero finaliza junto a las instalaciones del balneario, cruzamos la carretera y nos hacemos la foto de equipo junto a la Fuente dels Capellans. Han sido dos días y medio de pura travesía pirenaica; ruda,solitaria, llena de matices alpinos que han colmado nuestras ansias montañeras, ahora a pensar en la siguiente vuelta tresmilera.

El Arroyo de Sallent.

El abuelo haya (fagus sylvática)

El equipo posa junto a la Fuente dels Capellans, finalizada la travesía.

FICHA TÉCNICA

SISTEMA: Pirenaico
MACIZO: Besiberris
INICIO y LLEGADA: Aparcamiento de Caldes de Bohí (carretera)
DISTANCIA: 43 km aprox.
HORARIO: 15'30 h
DIFICULTAD: Media/alta
DESNIVEL: 2.258 m +
CARTOGRAFÍA: Vall de Boí  E: 1:25.000  Editorial Alpina
ACCESO: Desde la población de Pont de Suert (Lleida) seguimos dirección Viella y a tres kilómetros, cogemos una carretera señalizada a Vall de Boí- Parc Natural Aigües Tortes i Sant Maurici. Llegamos a la entrada del balneario de Caldes de Boí y tras pasarlo de inmediato aparcamos a mano izquierda (espacio suficiente).
OBSERVACIONES: Para mi gusto el macizo tresmilero más reputado de Cataluña, un atormentado espinazo de más de seis kilómetros, con picos de primera categoría. Esta es una bella ruta que se ciñe al macizo ofreciéndonos todas sus caras; región de lagos y esbeltas agujas. Los senderos se encuentran en optimo estado, mención aparte la subida y posterior bajada  de la Colladeta de la Canal de Rius, fuera de sendero (pedrera) y la parte final del Coll dels Avellaners.
Nosotros al realizar la ruta  a mediados de octubre, el refugio de Ventosa i Calvell estaba cerrado, pero utilizamos su parte libre y del refugio de Besiberris decir que cumple con los mínimos que desea todo montañero.
Si os pica el gusanillo, esta travesía no os defraudará.