Un mirador de primer orden, una montaña destacada, una mole
caliza hundiendo sus raíces bajo el cauce del río Esera; es el solemne
vigilante de la entrada del Valle de Benasque y siempre que iba hacia el
nombrado valle, lo dejaba de lado. Había que remediarlo y puse ruedas sobre
asfalto y me fui a conocerlo. Turbón, bello nombre para una majestuosa montaña.