Traductor

lunes, 25 de noviembre de 2013

VUELTA AL MACIZO DE LA MALADETA



LA MALADETA  Un enorme esqueleto que yace sobre las raíces de la cordillera.
Nombre derivado de Mala Eta que quiere decir (la más alta), esta montaña comprende varios picos con esta misma denominación a saber; Oriental, Central y Occidental, bautizados también con nombres de pirineístas; Antonio Mir, José Sayó y Louis Cordier.
Por muchos años La Maladeta fue una montaña solitaria y maldita, nadie se aventuraba hasta sus altas cimas, hasta que el alemán Fréderic Parrot y durante uno de sus estudios por determinar el nivel de las nieves perpetuas, efectué la primera ascensión allá en 1817.
Esta es una región de altas cumbres, siempre descarnadas con el duro granito que a veces juega en fino equilibrio, de lagos ubicados en cuencas imposibles, de senderos tortuosos y campos de bloques de difícil tránsito, altos collados y estrechas brechas completan la intrincada orografía de esta región.
Un duro recorrido para quienes la dureza y dificultad, no amilanan en su intento de dar una vuelta de tuerca a este impresionante macizo.




VALLIBIERNA
Abierto longitudinalmente al SO del macizo, su cabecera está formada por las cuencas lacustres de Llosars y Vallibierna. El rincón más hermoso de los Montes Malditos; el suave valle que ahonda en los cimientos de las altas cimas.
Entre abetales y pino negral, se halla el refugio de pescadores, idóneo lugar para tomarlo como base de excursiones. La cumbre bicéfala de los picos de Vallibierna, se pueden casi palpar desde aquí; la inferior llamada Tuca de Culebras 3.062 m. da paso a la superior 3.067m. por una arista afilada denominada Paso del Caballo.


Desde la garita de parada del bus ultimamos las mochilas, desayunamos y bajo un día luminoso nos ponemos en marcha. Hoy va a ser una jornada intensa.
En un desvío echamos un vistazo al plano, mientras la Cresta de Llosars se muestra desafiante; que recuerdos me vienen a la memoria de cuando realice su escalada hasta el Aneto.



Vamos siguiendo las marcas del GR-11 que nos llevarán hasta el collado de Vallibierna; en los lagos conversamos con un excursionista que está realizando todo el GR de una tirada. ¡Ánimo chaval!





Un franqueo hacia el Collado de los Bucardos nos cambia de vertiente, Cap de la Vall y la solitud de su emplazamiento nos invitan a comer junto a la orilla de su lago.



Ahora abandonamos los escasos hitos que hasta aquí nos han traído y comienza un (busca el mejor camino posible) sin perder demasiada altura, hasta conectar con el senderillo que recorre el Valle de Salenques.
La subida final al collado cuesta lo suyo y muestra el carácter alpino del paso. Damos la espalda a las austeras vertientes del Pico Russell y ante nosotros se muestra la desolada cara noreste del macizo.





BARRANCS
Un estrecho valle compuesto por enormes bloques y pedreras que bajan del collado formando un auténtico caos. Queda delimitado por el extremo noreste del macizo, teniendo el glaciar de Aneto como blanco telón de fondo. Entre vertiginosas laderas se apretuja un profundo y alargado ibón, Barrancs quizás poco visitado por los excursionistas.

En el collado corre cierto aire de las alturas y toca abrigarse un poco. El descenso al principio es un poco delicado luego se pone mejor, pero es un auténtico montón de piedras arrastradas por el tiempo. Caminamos buscando el mejor paso posible.



El ibón de Barrancs se escora a nuestra derecha mientras subimos las dóciles rampas de la Colladeta; son las 18:00 horas y aún nos queda un buen trecho. Llegamos a la confluencia con la Valleta de Escaleta, por fin de nuevo el verde hace acto de presencia después de tanto roquedo. Estamos en un llano donde el agua campa a su antojo.


AIGÜALLUTS
Las aguas de las cuencas de Barrancs y la Escaleta se unen en un paraje singular y de incontable belleza; culebrea la corriente por un llano antes de ser engullida por el  gran agujero del Forau. ¿Pero dónde van esas aguas que son las del glaciar del Aneto? Tras un largo recorrido subterráneo, van a resurgir en un valle contrario; la Artiga de Lin (Valle de Arán), en el paraje conocido como Güells de Joeu. Lo que por orografía debían de ser aguas Mediterráneas la caprichosa naturaleza hace que se viertan al río Garona, vertiente Atlántica.


Abandonamos la senda que se dirige al Forau y remontamos las últimas pendientes de la jornada, el Collado de la Renclusa nos deja a vista de pájaro del refugio.  Llegamos a las 20:00 horas justo para la cena, cansados pero satisfechos de haber resuelto la primera parte del puzzle.

LA RENCLUSA
Palabra que significa “cercado”; es el refugio tradicional para acometer ascensiones por el macizo. Primitivamente existió una choza pastoril adosada a una roca; posteriormente se construyó un refugio como tal, cuyos planos trazo el insigne pirineísta Julio Soler y construido por José Sayó el mejor guía de Benasque  en aquellos tiempos. Anteriormente Soler se había hecho construir una pequeña cabaña en una oquedad, a la que llamo “villa Maladeta”; se derribó para levantar en su lugar la actual capilla de la Virgen de las Nieves a expensas de Mosén Jaime Oliveras.

Una suculenta cena con entrante incluido, pone el sabor a esta dura etapa. De regalo me tomo una copa de pacharán y un tigretón.



PADERNA
Dominando la pradería, se alzan en la falda de la Maladeta, las denominadas Tres Hermanas de Paderna (Tuca de Esera, Tuqueta Blanca y Pico de Paderna) sobre la que reza una vieja leyenda pastoril. Es un lugar apacible donde antaño pastaban las ovejas.



El torrente del Alba drena este vallejo en el que reposan unos bucólicos lagos, espejo de las crestas infinitas.
Un sendero bien marcado se escinde de la ruta principal (Aneto) y se encarama hacia los lagos de Paderna; la primera hermana nos sigue los pasos y nuestra dirección nos lo marca el Pico del Alba. Nos asomamos a una brecha, abajo ondula el Vallón de la Pleta de Paderna coronado por la Tuca Blanca.




Seguimos con paso firme hacia el Collado inferior del Alba; pero conforme nos acercamos, se nos parece muy difícil su franqueo, la nieve retirada ha dejado un muro poco alentador. Titubeamos un momento, a nuestra derecha siguen los hitos y decidimos seguirlos. Un tramo estrecho sobre una losa con unos metros de fácil trepada nos conducen a la loma oeste, entramos en la cuenca del Alba.



CUENCA DEL ALBA
Un circo austero y olvidado formado por la Tuca Blanca de Paderna 2.789m. y el propio Pico del Alba 3.118m. Grandes bloques, enormes losas y derrubios graníticos en abanico, guardan con recelo la Brecha del Alba 2.650m. el pequeño paso abierto a los pies de la dislocada cresta Oeste o como la llamo Jean Arlaud, “la cresta de los quince gendarmes”.



Por aquí parece que no asoman ni los sarrios, el sol pega con fuerza y bastante más abajo se cobijan los espejos que son los Lagos del Alba. Atravesamos una zona de enormes bloques en busca de la brecha; una ligera trepada y nos encaramamos sobre la misma. Ahora viene un fastidioso descenso por un inmenso pedregal, que ponen a prueba nuestros tobillos y rodillas. Abajo brilla el Ibonet de Cregueña; se impone una breve parada para reponer líquido.
El torrente brinca entre losas de granito y superados 200 metros en desnivel llegamos al desagüe del gran lago.



CREGÜEÑA
Ocupando el centro de un circo rematado por varios picos que superan los 3.000 metros y cercado entre dos de las crestas más reputadas de todo Pirineos; se recoge el impresionante Lago de Cregüeña a una altitud de 2.657m., es el más grande de todo el macizo y el tercero de toda la cordillera.
Picos del Alba, Maladetas, Maldito, Aragüells y Estatás; rodean este lago profundo, solitario… donde se respira un plácido ambiente y es fácil dejarse llevar queriendo subir todas las cumbres.



En su orilla junto a la zona de vivacs pegamos un bocado. Son las 17:00 y aún tenemos que trasponer el Collado de Cregüeña 2.930m., bajar todo el Valle de Coronas y llegar al refugio donde tenemos pensado pecnortar.
Creo que tenemos horas de luz para al menos llegar a la Pleta de Coronas; pero mi compañera hace horas, mejor dicho desde esta mañana que siente molestias en la planta de los pies por culpa de las plantillas. No insisto demasiado, nos bajamos hacia Plan de Senarta donde tenemos el vehículo.


EPILOGO
Nos ha faltado superar el último collado, realizar un último esfuerzo y hubiésemos completado la que considero la vuelta integral al macizo. Pero hay que ser cabal y no forzar al cuerpo; aún tenemos una semana por delante y otra travesía esperándonos.
Por nuestra parte damos por hecha la ruta; difícilmente creo que vuelva, otros macizos y otras vueltas esperan.


DATOS TÉCNICOS
SISTEMA: Pirenaico
MACIZO: La Maladeta
INICIO: Puente de Coronas
LLEGADA: Plan de Senarta
DISTANCIA: 17,2 Km.
HORARIO: entre 16 y 18 horas
DIFICULTAD: Alta
DESNIVEL: 2.694 m+/ 1.770m-
CARTOGRAFÍA: Ed. Alpina Serie 3.000 “Valle de Benasque”  Escala 1:30.000
ACCESO: De Benasque, seguir la carretera que se adentra en el valle desestimando el desvío a Cerler. Rebasada la presa de Paso Nuevo, sale a la diestra una ancha pista que al poco nos deja en la zona de acampada de Plan de Senarta. Una pista que surge allí, nos lleva en 11 km. al Puente de Coronas (refugio libre). Nota: Los meses de verano el acceso rodado por la pista está cortado y se hace necesario tomar un autobús. Horarios en: www.alosa.es
OBSERBACIONES: Una exigente travesía que muestra todas las caras de este excepcional macizo. Se transita en su gran mayoría por terrenos de campos de bloques y piedras, siendo la senda lo que menos pisaremos. Durante los dos días se superan varios collados, lo que incrementa el nivel de dificultad de la ruta.
Precisa tener un buen sentido de la orientación y habilidad para transitar por terrenos incómodos, pero resulta un goce ir descubriendo la personalidad de este macizo a golpe de suela de bota.
La logística viene marcada por el horario del autobús; nosotros en previsión de que el segundo día no llegásemos a tiempo de coger el último, dejamos escondida una bolsa con sacos de dormir, esterillas y algo para comer, por si nos tocaba dormir en el refugio libre.
El paso idóneo para llegar al Lago de Cregüeña, es el Collado inferior del Alba. Nosotros viendo su posible dificultad de paso, hicimos la variante de la Brecha del Alba; lo que incrementa el horario y el desnivel a superar.
Si buscas una travesía dura y exigente no lo dudes, lánzate a recorrerla. 

7 comentarios:

  1. ¡Hola Javi! Aventura excepcional donde las haya. Una maravilla natural recorrida con mucho esfuerzo pero recompensado con creces. Travesía perfectamente narrada y detallada. Un lujo de entrada. ¡Enhorabuena Javi!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Javi, que gran vuelta a este gran macizo, lo que demuestra una vez más que no hace falta subir a ninguna cumbre (y en las Maladetas las hay para aburrir) para gozar de una extraordinaria actividad montañera, gran reportaje, y muy bien documentado, me has traído muy buenos recuerdos de nuestro vivac en Cregüeña en verano de 2011.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Hola Javi.

    Pedazo de entrada!! Este verano que viene ya hemos decidido ir a Pirineos, ya que mi mujer y los chicos no lo conocen. Empezaremos por Ordesa, pero viendo tu entrada me entran unas ganas de ir a la Maladeta. Ademas demuestras que no hace falta estar con el tema de hollar cumbres, para impregarte de montañismo y belleza.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Una buena forma de conocer el macizo, que extraño se me hace ver el glaciar tan escaso, el año pasado, disfrutamos de unas bajadas por él que no nos dejaron indiferentes.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Gracias compañeros.
    La ruta es una pasada de bonita, pero bastante dura y dificultosa para lo que entendemos como senderismo, para mi es un excursionismo alpino; pero no ha de hacer desmerecerla en intención de realizarla.
    Es cierto que a veces rodear un macizo te da la misma o más satisfacción que encumbrarse a una cima.

    Hasta otra.

    ResponderEliminar
  6. Clásica entre las clásicas!!!. Muy buena la descripción y detalle de la travesía, que como muy bien dices, alpina y exigente!!. Siempre me acuerdo de aquellas expediciones, de tiempos de Pierre Barrau, Jean Arlaud, Passet, etc...con los medios y ropajes de que disponian.....la nieve, que en verano, aún ocupaba kilómetros....el glaciar de La Maladeta ( que pena ahora, verdad? ), y me pregunto...cómo lo hacían? supongo que puede más las ganas, la aventura, las ganas de descubrir o hollar collados y cimas antes no pisadas.
    Una exclente crónica, con muy buenas fotografias que muestran la travesía en su esplendor, y que nos abre el apetito para planteársela...me ha encantado!!
    Salúd y montaña!!

    ResponderEliminar
  7. Otra rutaza en Piris Javi y además transcurre por las Maladetas con una tremenda circular a su macizo.... Esta la incluyo en el saco de las pendientes, que no se si va a reventar ya!!!
    Un abrazo

    ResponderEliminar