Después de recorrer un macizo tan solitario como arrogante, nos desplazamos al país vecino a través del túnel de Bielsa; esperamos encontrar alguna montaña fuera de lo cotidianamente conocido. Parece que hemos dado con ella.
Desde una pequeña población, a la que llegamos ya anochecido y cuyo nombre no recuerdo nos adelantamos hasta las Granjas de Lurges, donde aparcamos y nos alojamos en el hotel Peugeot habitación 307 (jiji).
Nos levantamos pronto pero parece que hay quien madruga más; poco a poco el pequeño aparcamiento se llena. Iniciamos el camino que nos ha de guiar hasta el Col de Bastan; vamos acompañados de altos helechos y pronto llegamos a un prado próximo a un desvío, unas raudas paletas indican, en una de ellas se anuncia el nombre de otra montaña fuera de la cotidianidad; me la apunto en la agenda de “algún día” y seguimos nuestra dirección. Superamos una cuesta y llegados próximo a la Cabane de Auloueilh donde damos por finalizada la excursión; Don Cansancio nos ha echado un pulso y nos ha ganado.