Principios de julio, sabiendo que tengo un verano duro por
delante no me resisto a quedarme de brazos parados, así que planifico una serie
de cortas rutas cicloturístas que me llenen un poco de actividad un verano
laboral. Empiezo a sacar los viejos mapas y pronto me planifico dos rutas.
Aprovecharé la tarde y el día libre que tengo a la semana y me quedaré a dormir
en albergues, así degustaré más la salida. La primera ruta será fluvial y trata
de recorrer dos cursos que nacen en las postrimerías de la Sierra de Gúdar; el Guadalope y el Alfambra.