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domingo, 23 de septiembre de 2012

DOLOMITI ESENCIA DE ROCA




  
Dolomiti un edén de la escalada pura en roca; un pasaje obligado para el vagabundo y romántico de las paredes, lugar de peregrinaje que merece visitarse durante varios años, aprendiendo su historia y dejándose llevar por las formas, entorno y ambiente que le dan un marcado carácter de escaladas de aventura, en uno de esos lugares que son únicos en el planeta.
Divididas en Dolomitas del norte y del sur con la zona de trentino con el grupo de la Brenta como el macizo más occidental y separado de los demás grupos; forman un lugar mágico que subyuga e irremediablemente se apodera de tu corazón.
Desde Sesto hasta la Val Canali se hace difícil escoger una zona; después de estudiarlo concienzudamente uno se decanta por el grupo de la Brenta, Sella y Pala di San Martino, a sabiendas de que se deja atrás otros grupos igualmente interesantes. El sueño de Ícaro vuela por Catinaccio, Ampezzo, Bosconero o lo que concretamente me definiría como; Rochetta Alta, Torre Venezia, punta Fiammes, Tre Cime di Lavadero, Tofana di Rozes…

martes, 18 de septiembre de 2012

GUGLIA DI BRENTA, LA COLUMNA DE ROCA



“Se muestra impresionante, lisa y esbelta, pináculo audaz anclado al sustrato demoledor del hielo"

Conocido como el Campanile Basso es una de las torres con más carga de heroicidad; convirtiéndose pronto en un símbolo de todo Dolomiti. Una especie de entrega patriótica se formo entre los escaladores trentinos, esforzados por conquistar “su cima”.
La competencia había comenzado y decididos a no perder la conquista a manos de esforzados teutones y austriacos un adelantado trentini, Carlo Garbari tomo la iniciativa en 1897, acompañado de Nino Pooli y Antonio Tavernero. Tomando el sendero delle Bochette, llegan hasta el paso Bochetta del Campanilo, bajo la austera vertiente este; fue Pooli quien inicio la escalada por una placa inicial que les va conduciendo a un estrecho pasillo, recorren este unos 30 metros y vislumbran una canal rematada por diedros, escalan esta sección que les deja en la cenghia denominada Stradone Provincial; caminando por ella rodean la pared norte y llegan hasta el lugar llamado Spallone. De allí se preparan el ataque para el último tercio del torreón; Pooli sigue encabezando el ataque y alcanzan el llamado Albergo al sole.
                                                             
 Garbari lo conto así: “El vigoroso Nino realizó un último intento: cuando Tabernaro le aseguró con la cuerda a una roca, atacó la pared a pico escalando muy lentamente por falta de presas. Yo me estremecía viéndole poner los pies en unos minúsculos salientes y luego palpar espasmódicamente roca por roca para encontrar alguna prominencia. Se adhería a la pared realizando milagrosos La cima se ve cercana, quizás a unos 40 metros pero estos se muestran de dificultades insuperables para Pooli. Carlo equilibrios, trepaba como si tuviera ventosas en las manos…después el pobre Nino se quedó colgado, sosteniéndose únicamente con la punta de los dedos… Resistió en aquella posición algunos instantes, pero después no pudo más y tuvo que bajar: el sueño de la victoria se había esfumado.”   Dejaron una botella con una nota dentro y comenzaron la retirada.

Dos años más tarde unos estudiantes de geología de Insbruck Otto Ampferer y Karl Berger, a sabiendas del intento de los escaladores trentinos descrito en algunas revistas, prepararon su ataque a tan codiciado pináculo.  
Salieron desde Molveno un 16 de agosto de 1899 y junto a dos compañeros, Melzer y Hammer se pusieron en camino hacia el refugio Tosa, llevaban una vara de madera con ganchos de hierro en uno de sus extremos; con este artilugio pretendían superar los pasos más difíciles.
Iban progresando en dos cordadas, pero un incidente hirió el brazo de Melzer y tuvo que ser bajado a la base. Ampferer y Berger volvieron a subir el camino ya iniciado y por debajo de la cumbre descubren la botella con la nota dejada por la cordada italiana, que rezaba: “¿Quién encontrará esta tarjeta? Le deseo mejor suerte.” Pero a la pareja de austriacos no les acompaño la suerte en este intento; pero les sirvió para examinar la pared y adivinar un acceso que les permita el triunfo. Se volvieron al refugio porque ya era demasiado tarde.      
El día 17 se lo toman de descanso y el 18 vuelven a subir esta vez solos, alcanzando el último punto de hace dos días; Ampferer flanqueo de la arista noroeste y se dirigió a la pared norte, desde ahí descubrió un pasaje que serpenteando por el centro de la pared le permitió subir a la cumbre. Este último trecho se denominará en adelante “pared Ampferer”.

En 1902 concretamente un 26 de septiembre, Tita Piaz fue el primer escalador italiano en ascender el Campanilo. Nacido en 1897 en Pera di Fassa, en poco tiempo se afirmo como uno de los grandes; fue bautizado como “ El diavolo delle Dolomiti”.
        
Pero la página más bella fue escrita cinco años después de la primera conquista; cuando Nino Pooli quería volver a “su montaña”, quien la rechazo durante aquel intento de 1897. Esta vez llego a la cima, donde en su macuto tenía una bandera de Trento (amarillo y azul) que izó atada a una vara de 1,5 metros; fue un gesto de considerar al Campanile, la cima de los trentinos.  
 
Fuente bibliográfica. Frass Hermann, Los Dolomitas, Barcelona, España, RM 1979     

EL HOMBRE GRANDE DEL SEXTO GRADO



El nombre de Giovan Battista Vinatzer (1912-1993) se encuentra entre los grandes escaladores de Dolomiti; fue considerado el mejor escalador del periodo de entre guerras.
Nacido en el pueblecito de Ortisei, Val Gardena en 1912, se inicio muy joven en el oficio de escultor, pero pronto decidió vivir en las montañas, se hizo guía e instructor de esquí y en 1954  co-fundo el Servicio de Rescate de Montaña.

Fue como Tissi o Andrich, una persona que no necesito formación alguna, pues poseía el talento natural y un excepcional balance de las condiciones psicológicas para afrontar las dificultades propias que una pared rocosa impone al escalador. Siempre se mostro reacio a la utilización de clavos y solo recurrió a ellos en casos de absoluta necesidad.
El terreno de acción de Vinatzer eran en especial aquellos lugares cercanos a su valle natal. A la edad de 20 años se va a subir la vía Solleder en la pared norte de la Furchetta; cuando alcanza el denominado púlpito Dülfer, en vez de atravesar hacia la izquierda para evitar la frágil muralla somital prosigue directamente durante 200 metros en roca inestable, superando dificultades verdaderamente extraordinarias. La respuesta de los poquísimos repetidores de esta variante, es comentada como la obra de un loco e irresponsable. Culmina así la ruta soñada por el alemán Hans Dülfer e inaugura la era del VIº superior.
También el año de la Furchetta completa la primera repetición de la vía Micheluzzi en la pared sur de la Marmolada, tras doce horas de ascenso y condicionado a ir descalzo, ya que al desplazarse en bicicleta pierde las botas durante el trayecto.
Sella, el mítico paso que separa Val Gardena de Val di Fassa, es también escenario de una escalada a la tercera torre, donde en compañía de Vinzenz Peristi inaugura un itinerario en 1935 que se mantiene como uno de los grandes clásicos de todo el macizo dolomítico.
Vinatzer es reconocido como un percusor de la escalada libre de dificultad.
     
Fuente bibliográfica. http//www.angeloelli.it