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sábado, 28 de julio de 2012

DE UNA ESCALADA EN EL ESTRECHO

Como otro cualquier domingo, quedo a las 10:00 horas con Xavi para tomar un café con leche; llego al bar y aún no ha llegado, así que me siento junto a unos moteros; ellos visionando la pantalla multicolor ( hoy hacen carreras) y yo con mi funda trasparente donde tengo la fotocopía con el trazado de la vía elegida para esta mañana. Ahí llega, viene acompañado de su hijo mayor Hugo, el rubito de Sants como lo le llamo cariñosamente. Comentamos un poco la jugada, mientras sorbemos el humeante desayuno; pero está más que clara, nos vamos a la pared del Estrecho, a la vía Techo Pirineos; eso significa diedros y fisuras para empotramientos, colocar seguros de protección, pero sobre todo ambiente garantizado y pasajes sobre una roca anaranjada y a veces cascarillosa, que hace severa la progresión y ponga a la masa gris en mayor número de revoluciones.

RODADAS POR EL CABO DE GATA

Hacía muchos años que no salía a viajar con la bici y aprovechando que estoy desempleado, decido marcharme al parque natural de Cabo de Gata; allá en Almería. Siempre que viajé con la bici, he sido de los que me gusta acarrear con toda la impedimenta e intentar en la medida de lo posible ser autónomo, pues es la manera de no estar supeditado a las instalaciones turísticas; es decir paras a comer y a dormir donde te place siempre que no molestes al prójimo. Por eso la primera noche en este recorrido, monto mi campamento en la solitaria playa de la cala de Enmedio.

                                                             Cala de Enmedio